Deshacer las maletas es una desagradable tarea (especialmente cuando te pones a hacerlo un sábado a las 6 de la mañana...habiendo vuelto un martes).
Abres la maleta y te encuentras la ropa. Arrugada. Oliendo a tabaco (del barato, a ser posible). Doblada de cualquier manera...
Una camiseta por aquí...un pantalón allá (la ropa interior, por motivos evidentes, acabó en la lavadora a la media hora de llegar a casa...)...un ticket de la casa del libro en un bolsillo...un euro en el otro...
Sacas las prendas de la maleta, de una en una, y vienen los recuerdos a tu mente... olores... frases... conversaciones enteras... lugares comunes...
Coges tu camiseta de Calamaro y te la quedas mirando...
Tan pocos recuerdos y tan intensos! no quieres ponerla a lavar porque borrará el último recuerdo. Perderá un pedazo de su vida (tu vida).
Pero tienes que hacerlo. El lunes se acerca... y un lunes sin tu camiseta de Calamaro no es un lunes.
Afortunadamente, tengo buena memoria.
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Hank! Qué bueno! Finalmente descubro cómo llegar a tu blog y me encanta deslizarme entre tus páginas, sobre todo porque siento una gran afinidad hacia lo que he leído hasta ahora...
ResponderEliminarMe alegro de que tengas buena memoria, tienes suerte, yo no la tengo, tendré que seguir quedando contigo para que me recuerdes porqué lo pasamos bien en bcn... jajaja es broma. lo pasamos bien por el yeso y por andrés, por nuestra distribución patriarcal de roles y por la servesa bier. ah! y hank, por supuesto. ahora seré tu fan asidua. xxxxxxxxxxx
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarY coca-jachís! ah no! que eso le pasó a otro que todos sabemos...
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