"Unga-unga-unga".
Acompañese de un sonido gutural y algún que otro golpe en el pecho, pues, ¿qué hay más varonil que emprenderla a patadas con un maldito poste de madera inanimado? La tabla no se defiende. Eres un tipo duro. No puedes apoyar el pie en el suelo... da igual, tú ignora el dolor, que eres un tipo duro. El partido sigue y sientes tu pie palpitando.
AHORA te arrepientes.
Te quedas parado delante de la portería pensando en el alto grado de gilipollez de la que puede llegar a hacer gala un ser humano medio. Tantos milenios de evolución para acabar pateando un palo. Tanta gente que ha dado su vida para hacer del mundo un lugar mejor...por la libertad...
Y tú vas y le pegas una patada a un palo.
Ahora ya no puedes apoyar el pie en el suelo. Da igual, has ganado el partido... entonces, ¿para qué diablos has tenido que pegarle una patada a ese maldito palo? ¿te ha insultado? ¿te ha pegado? ¿le has pillado tirandose a tu madre en tu coche? NO. Es que eres un tío, y los tíos somos así machos...(o así de gilipollas...el adjetivo lo dejo a su elección) porque, ¿acaso hay algo que demuestre mejor lo duro y lo macho que eres que pegarle patadas a un palo?
Qué tío! la próxima vez, quizá podría liarme a cabezazos contra el suelo...
Ése soy yo: yo soy ese tío.
El gilipollismo es una forma de vida.
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Bueno, bueno, bueno, no te creas. Gracias a Dios de vez en cuando tienes ramalazos pseudointelectuales y te pones gafas de pasta y aplaudes chasqueando los dedos (si es que ese verbo existe, si es que se aplica a los dedos).
ResponderEliminarAl menos demuestras que hay algo hombruno en ti, ¿no crees? Si ves demasiadas pelis de Woody Allen te confundirás.
Muy bueno, Juanma.
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